La chica más hermosa que muchos habrán visto llevaba por nombre Sharon Tate. Fue su belleza y talento para la comedia y el drama lo que hizo que en sus últimos años de vida viviera triunfo tras otro en Hollywood.
De hecho, fue catalogada múltiples veces como una de las más grandes promesas de la industria del cine por su encanto y adaptación a los personajes.
Se mudó a Los Ángeles al volver la última vez de Italia con su familia y contactó al manager de Richard Beymer en 1962, a quien había conocido en las grabaciones en Verona de Hemingway’s Adventures of a Young Man. Así se reunió con Harold Gefsky y luego de tan solo tener un encuentro aceptó representarla inmediatamente.
De esa forma, consiguió pequeños papeles en la televisión y avisos publicitarios, pero al año siguiente obtuvo un contrato por siete años con Filmways Inc.
Por lo tanto actuó en los programas de televisión Mister Ed y The Beverly Hillbillies, mientras iba aprendiendo. Martin Ransohoff la ayudó en los años siguientes a aparecer en películas que él estaría produciendo, dándole papeles pequeños ya que aunque ella quería un gran rol, aún no era el momento por no estar tan preparada.
Fue en 1965 cuando el productor decidió que ya había llegado su momento y protagonizó la película Eye of the Devil, en la que impresionó a todos los que no creían en ella.
Posteriormente en 1966, trabajó con Roman Polanski en la película The Fearless Vampire Killers, a pesar de que éste quería únicamente a una actriz con el cabello totalmente rojo, su belleza lo convenció siempre y cuando utilizara una peluca de ese color.
A partir de allí protagonizó otras películas como Don’t Make Waves, donde interpretó a Malibu, que no tuvo éxito por tener un guion "pobre".