Durante las últimas tres décadas, el cineasta Tim Burton forjó una carrera curiosa -pero apropiada- para alguien tan inusual como él. Su amor por lo gótico, raro y en ocasiones abstracto, se convirtió en su sello personal.
Guionistas, actores, actrices y gente del medio, que han estado codo a codo con Tim, elogian su sensibilidad artística, al punto de considerarla parte crucial de su brillantez en pantalla.
Es casi imposible no verse atraído por el genio detrás de producciones como Beetlejuice, Pee-Wee’s Big Adventure o Edward Scissorhands. Burton es una fuerza creativa, dotada de una visión difícil de imitar.
Echemos un vistazo a sus mejores cinco películas, ahora transformadas en clásicos de Hollywood.
Batman
Burton sentó las bases para Christopher Nolan, con ese lucrativo film basado en la vida del superhéroe de ciudad Gótica. Vimos a un Michael Keaton introvertido y melancólico peleando contra un Jack Nicholson que no dudó en robarse la trama. Creó uno de los Joker más icónicos, hasta que llegó claro la versión de Heath Ledger.
Sweeney Todd
Burton fue elegido para llevar a la pantalla el macabro musical de Stephen Sondheim. El actor Johnny Depp se inspiró un poco en David Bowie para interpretar al peluquero homicida, que recibía ayuda de la caníbal Helena Bonham Carter. La propuesta no logró tantos adeptos como quiso.
Beetlejuice
Burton trabajó la historia como si fuera una irreverente payasada acerca de lo que ocurre después de esta vida. Lo más curioso del caso, es que el personaje de Keaton, Beetlejuice, ocupó menos de 20 minutos en todo el largometraje.
Ed Wood
En ese film, Depp se metió en el papel del infame director de los años 50, Ed Wood, y unió fuerzas con el oscarizado Martin Landau. La deslumbrante historia monocromática de Burton, fue quizás más elegante que cualquier otra cosa que produjo Wood en vida. Tristemente no tuvo buena recepción pública.
Edward Scissorhands
Se consideró como la película más personal de Burton, que además era una destilación perfecta de sus obsesiones creativas. Fue la primera colaboración del cineasta con Depp. También actuaron Winona Ryder, y el ícono que desde siempre admiró Tim: Vincent Price.