La cantante y actriz estadounidense, Selena Gomez, sigue siendo noticia sea por su reencuentro amoroso con su chico Justin Bieber, o por haber enfrentado una operación quirúrgica que, según ella misma declaró, le brindó la oportunidad de tener una vida plena.
Gomez sorprendió a muchos a finales de 2017, cuando admitió haberse sometido a un trasplante de riñón, debido a que los suyos ya no funcionaban correctamente, por su penosa enfermedad: Lupus.
En un principio, no quiso solicitar ayuda para el delicado procedimiento médico, hasta que su amiga Francia Raisa se ofreció sin nada a cambio.
“Esa época fue extremadamente difícil. Fue un momento de vida o muerte. Ya no había más por hacer con mis riñones, y no quise involucrar a nadie, porque también esa persona se vería afectada”, dijo Gomez en una entrevista para Today News.
Luego Raisa indicó que el hecho de haber sido donadora le cambió la vida, por lo que tampoco fue un momento agradable. Sin embargo, por difícil que fue al principio, expresó que no cambiaría su decisión.
“Siento que ella es mi hermana ahora. Tiene mi sangre. Yo también gané otra familia, porque ellos (los familiares de Selena) me hicieron parte de su hogar”, comentó Francia.
Aparte de los problemas físicos, Gomez confesó padecer cuadros depresivos y de ansiedad. “Creo que siempre lucharé contra eso. He tenido serios problemas e intento ser abierta al respecto. Pero, no creo que llegue a superarlo totalmente. No habrá un día cuando diga: ‘Sí, aquí estoy con un vestido bonito, ¡gané!'”, destacó para la prensa hace semanas.
Frente a su condición y al hecho de que deberá trabajar por su bienestar, la intérprete de Wolves reconoció que ese es uno de sus objetivos principales de este 2018: Poner a su salud física y mental en primer plano.
“Lo tengo muy claro. Estoy empezando el año libre y con ese pensamiento. Me aseguraré de seguir saludable y estable. Si eso funciona y es algo bueno, todo lo demás caerá en su lugar”, culminó la actriz.