Un final feliz parece escribirse en la triste historia de Alexander K, un niño conocido como Sasha, que nació hace un año sin globos oculares por padecer una enfermedad increíblemente rara. Y es que el bebito fue abandonado por su joven madre en Tomsk, Rusia, y enviado a un orfanato.
La mujer dijo que no podía ofrecerle a su bebé la ayuda que necesitaría por su afección ocular. Sasha es uno de los tres únicos niños en todo el mundo que nacieron con síndrome de anoftalmia SOX2, que afecta solo a uno de cada 250.000 niños y conduce al desarrollo anormal de los ojos y otras partes del cuerpo.
“No es diferente a los demás niños, juega y sonríe como cualquier bebé sano”, contó la enfermera que cuidó al bebé desde que solo tenía seis meses.
Lamentablemente, no hay esperanza de que el pequeño pueda ver alguna vez, sin embargo, le implantaron pequeños orbes oculares en las cuencas de los ojos para asegurarse de que su rostro no se deforme a medida que crece.
Decididas a buscar un nuevo hogar para el pequeño, las autoridades locales dieron a conocer su historia. Sus fotos de inmediato enternecieron a gran parte de la comunidad y de igual modo comenzaron a llegar solicitudes de personas que querían adoptarlo.
Por estas horas se conoció que finalmente Sasha encontró a sus tutores oficiales. “Fue atendido por una familia rusa de una ciudad diferente”, afirmó un funcionario de cuidado infantil de Tomsk, quien añadió; “Estamos muy felices por el bebé Sasha y le deseamos a él y a sus padres todo lo mejor”.