Desde siempre, cuida muchísimo su figura. Para romperla en el mundo del modelaje, Pampita (40) tuvo que adoptar una intensa rutina de belleza. Además de estar pendiente de sus curvas, se ocupa de su piel y, especialmente, de su cabello. Nunca la van a ver así nomás, no es una improvisada. La estética es protagonista en su vida. Y sí, ¡está siempre expuesta!
Si bien la jurado del Bailando por un sueño 2018 siempre se alimentó de una manera muy saludable y jamás tomó alcohol, dice no obsesionarse con su cuerpo. Por eso, se da sus permitidos. No está dispuesta a dejar de comer su plato preferido. ¿Cuál es su perdición salada? La típica comida de los domingos.
"Como de todo, lo juro. Así es la genética de mi familia, somos todos flacos".
"Nunca fumé, tampoco tomo alcohol. Como de todo, lo juro. Así es la genética de mi familia, somos todos flacos. Mi perdición, sin dudas, son las pastas", confesó la modelo en diálgo con la revista ¡Hola! Argentina.
¡Riquísimo!