Phil Lord y Christopher Miller eran los encargados de dirigir la película Han Solo: Una Historia de Star Wars; sin embargo, este dúo abandonó el film casi a la mitad del rodaje por diferencias creativas con el equipo.
Ron Howard fue el encargado de retomar las riendas y poner en pie nuevamente el rodaje del lagometraje, aunque inicialmente había rechazado la propuesta. “Yo suelo preparar las películas que dirijo durante largos periodos de tiempo, así que se me hacía raro. Al final quien me acabó convenciendo fue mi esposa Cheryl. Me dijo: ‘si no aceptas te arrepentirás durante mucho tiempo’. Así que puede decirse que Han Solo, al menos en la forma que ha acabado teniendo, existe gracias a ella”, dijo el estadounidense.
Agregó que otra de las cosas por la que aceptó la oferta fue por Kathreen Kennedy, jefa de la productora Lucasfilm, ya que ambos son grandes amigos. “En buena medida lo acepté como un acto de responsabilidad”.
Howard señaló que el trabajo de los antiguos directores no había sido desechado, pues se utilizaron ciertas grabaciones en la película. “Algunas escenas se mantuvieron intactas, y otras fueron levemente modificadas; otras las rediseñamos por completo, al igual que algunos decorados y algunos personajes.”, dijo el director, quien expresó que se había sentido compenetrado con el film.
“En general, me sorprendió la cantidad de ideas propias que acabé siendo capaz de incorporar. Me siento tan conectado a Han Solo como a cualquiera otra de mis películas previas”, expresó.
El director describió a Han Solo como un personaje paradójico, pues explicó que es bravucón y fuerte, pero al mismo tiempo presenta falta de confianza en sí mismo. “Su socarronería es como una máscara para esconder sus miedos”, dijo Howard, quien agregó que es uno de los personajes más complejos de Star Wars.
Por su parte, el escritor de Star Wars, George Lucas, no dejó solo a Howard durante el proceso y se paseó algunas veces por el set. “Vino a visitarnos durante el rodaje. Para mí significó mucho que lo hiciera. George fue uno de mis mentores. Cuando estaba haciendo American Graffiti (1973) me quedé impresionado por su forma de trabajar, muy precisa pero a la vez abierta al cambio constante. Recuerdo que para entonces me habló de Star Wars por primera vez. Me dijo que quería hacer una gran película de ciencia ficción”, finalizó Howard.