Años después de su papel en la película Todos los hombres del presidente, el actor Robert Redford, quien tuvo que estudiar a fondo para llevar a cabo su interpretación, criticó al presidente Donald Trump por haber llevado lo que él consideró “falsas acusaciones de un periodismo de pacotilla” de la Administración Nixon a “nuevas y peligrosas alturas”.
“El periodismo certero defiende nuestra democracia, pues es una de las armas más efectivas que tenemos para restringir el hambre del poder. Siempre he dicho que Todos los hombres del presidente era una película violenta. No había disparos, pero las palabras se utilizaban como armas”, escribió el actor en una columna publicada en The Washington Post, el mismo periódico en el que trabajaban los periodistas que investigaron las escuchas ilegales del ex presidente Richard Nixon en 1972.
El actor se refirió a la importancia de la libertad de expresión y al ejercicio del periodismo como ventana que fortalece a las sociedades, pues "permite acercar a cada ciudadano a hechos de vital relevancia, que pretenden callar desde las esferas del poder".
En este sentido, cuestionó la actitud del actual Jefe de Estado de EE.UU. por enemistarse con la prensa. A su juicio, "los comunicadores sociales son la base de cualquier Gobierno, ya que tienen la posibilidad de catapultar o hundir a cualquier político".
El actor también escribió que actualmente había muchas similitudes con el caso que robó su atención a principio de los años 70. La mayor en su opinión fue la importancia de la libertad y la independencia de los medios para defender la democracia.
“Cuando el presidente Trump habla de estar en guerra con los medios, califica a los periodistas como los humanos más deshonestos de la Tierra y tuitea que son el enemigo de los estadounidenses. Su lenguaje lleva las falsas acusaciones sobre los periodistas de la Administración Nixon a un nuevo y peligroso nivel”.
Pero Redford no solo vio similitudes, sino también grandes diferencias, que era lo que más le preocupaba. El actor considera que "Estados Unidos está dividido y tiene solo una tenue comprensión de la verdad", por lo que no cree que los políticos estadounidenses dejarían de un lado sus creencias para desvelar la verdad como hicieron hace 40 años.