El filme The Killing of John Lennon (2006), dirigido por Andrew Piddington, fue todo menos novedoso. Así lo interpretó la mayoría de los críticos de Estados Unidos y Reino Unido, que no valoró los logros actorales de su protagonista Jonas Ball en el papel de Mark David Chapman.
Durante la trama, todas las acciones y líneas del personaje principal fueron creadas gracias a las entrevistas, declaraciones y transcripciones de la corte que manejó el caso. Gran parte del diálogo fue en voz en off, así parecía que todo tenía lugar en la mente del asesino.
Claro que el recordado cantante tuvo una breve aparición en el proyecto, de manera que el peso de la historia recayó en los movimientos de Chapman. Piddington filmó en ciertos lugares donde ocurrieron hechos atados al asesinato, hasta en la acera fuera del edificio Dakota de Lennon, lo que su esposa Yoko Ono tomó como ofensivo.
Varios críticos consideraron que la película era en parte difícil de ver. Se usaron un mínimo de trucos fotográficos, para evocar episodios de desorientación mental, que explicaran las decisiones finales de Mark sobre el músico.
La audiencia notó fragmentos de clásicos como Raging Bull, Taxi Driver y Ordinary People, que sugirieron la interacción volátil de la cultura pop con su inestabilidad interna. Pero, la muestra de clips vintage de los The Beatles y de Lennon se sintió fuerte y desgarradora.
"Escuchar a Chapman hablar sobre su obsesión con The Catcher in the Rye, identificándose con el problemático protagonista adolescente del escrito, Holden Caulfield, fue lo más cercano a una tortura", comentó el crítico de The New Yorker.
Recordemos que esa novela de J.D. Salinger pudo -o no- desencadenar ideas bizarras en Chapman, que algunos cristianos evangélicos compararon con la reacción de ciertos individuos sobre la Biblia en vísperas de su conversión.
“No hubo emoción ni ira, hubo un silencio mortal en mi cerebro. Lo hice porque pensé que él era falso. De hecho, me encantaba su música”, fue una de las declaraciones reales de Mark luego de disparar contra Lennon.
The Killing of John Lennon fue una producción bien hecha, aunque eso no logró salvarla del olvido -o rechazo- público.