A mediados de 2017, Microsoft presentó la más reciente versión de su computadora portátil con una novedad, la misma opera con una nueva versión de Windows 10: Windows 10S.
Pero la novedad va más allá de una nueva versión de Windows, si no que esta no acepta aplicaciones que no estén en la tienda Microsoft. Eso significa que los usuarios no pueden cargar aplicaciones fuera de la Store, aunque estén basadas en el diseño de la plataforma universal de Windows.
Pero eso también significa que las empresas y las instituciones no pueden instalar sus soluciones internas, utilizadas en Windows 10 Pro y Windows 10 Enterprise.
Además, los paquetes de controladores no pueden incluir "componentes o aplicaciones de interfaz de usuario que no sean de Microsoft". Las restricciones de Windows 10S impiden que los usuarios instalen Google Chrome, Mozilla Firefox u otros navegadores, a menos que los desarrolladores creen versiones para su distribución a través de la Tienda Windows.
Esta estipulación parece eliminar cualquier posibilidad de que Chrome esté en la plataforma, a menos que Google vuelva a trabajar con el navegador para usar los motores favoritos de Microsoft, y de ser así los usuarios no podrían elegir Chrome como su navegador predeterminado .
Pero Google ha estado en este tipo de situaciones antes, pues el navegador Chrome en iOS utiliza WebKit en lugar del motor Blink de Google. Se basa en la misma base que el propio navegador Safari de Apple, pero se ve y se siente como Chrome para el usuario final.
Si Google quiere poner Chrome en Windows 10 S, deberá recurrir a una solución similar. En caso de que la compañía decida no hacerlo, Microsoft sin dudas atenderá las quejas de los consumidores sobre la ausencia de Chrome.