La reina Elizabeth II se convirtió en madre hace casi setenta años, cuando tuvo a su primer hijo el Príncipe Charles en 1948. Después llegó la Princesa Anne en 1950, tres años antes de asumir el mando en Reino Unido desde el Palacio de Buckingham.
Con tanto por hacer en su agenda, esperó más de una década antes de seguir agrandando su familia. Ella y el Príncipe Philip revelaron ser padres -por tercera vez- con el nacimiento del Príncipe Andrew en 1960.
Su último hijo fue el Príncipe Edward, que apareció cuatro años más tarde. Su rol maternal siempre fue cuestionado, por ello hoy examinaremos el papel privado de la popular monarca como principal guía de su extensa prole.
Príncipe Charles
La relación entre la Reina y su heredero ha sido fuente de debates. Los deberes reales de Elizabeth II llegaron cuando sus hijos eran unos nenes. Sus constantes viajes y reuniones con gente de mundo, sugirieron que Charles no formó un vínculo con ella como sí lo tuvo con sus niñeras y su querida abuela.
El historiador Robert Lacy opinó: “Ella, después de todo, se había criado así, con sus padres dejándola en casa y confiando toda su escolaridad a una institutriz y tutores de hogar”, le dijo a Town & Country.
Otra biógrafa, Sally Bedell-Smith, añadió: “Cuando Elizabeth II se convirtió en reina por la muerte de su padre, antepuso sus deberes por sobre el tiempo para sus hijos. Dependía de su marido para tomar las principales decisiones familiares, y de las niñeras para supervisar la convivencia diaria”.
Princesa Anne
La única hija de la Reina se opuso públicamente a la opinión de que su madre no era tan cariñosa o involucrada como debería.
“Simplemente no creo que haya ninguna evidencia que sugiera que no le importara. Eso jamás pasó”, manifestó Anne en una entrevista de 2002 con la BBC para celebrar el Jubileo de Oro de la Reina.
De acuerdo a la información manejada por Lacy, “Anne desarrolló una relación especialmente estrecha con su madre durante su adolescencia, y hasta recibía consejos de ella sobre moda y ropa”.
Príncipe Andrew
Para cuando Andrew nació, la Reina había estado en el trono por casi diez años, y ya su público la veía un poco más cálida y flexible. También dio un paso atrás sobre sus deberes reales para pasar tiempo con sus chicos.
“A principios de los sesenta, Su Majestad decidió que había cumplido con su país, y se tomó dieciocho meses libres para disfrutar de los jóvenes príncipes Andrew y Edward, respectivamente”, recalcó Lacy.
Príncipe Edward
El hijo más joven de la Reina nació en 1964. En aquellos años la familia real permitió el ingreso de cámaras a su casa para un documental de la BBC. Los británicos vieron a su reina como una “madre juguetona que disfrutaba de sus pequeños”.
Salieron imágenes de Elizabeth II sosteniendo la mano de su nene, mientras la familia daba un paseo por el Castillo de Windsor. La Reina ha mantenido una relación especialmente estrecha con su cuarto hijo.
Antes de las celebraciones del cumpleaños número noventa de la Reina, el Príncipe Edward y su esposa Sophie, Condesa de Wessex, le dijeron a Sky News que seguían pasando el tiempo con ella y el Duque de Edimburgo casi todos los fines de semana.
“¿Habría criado a sus hijos de otra manera si hubiese tenido la oportunidad? Como uno de sus amigos más cercanos comunicó, la Reina tuvo miedo de ser madre; era algo que no le habían enseñado. Lo bueno fue que creció en su labor, y sus hijos sucesivos ayudaron a eliminar sus miedos”, concluyó el historiador Lacy.