La músico Thea Paraskevaides, de Brighton (Reino Unido), estaba grabando su última música con su labrador, Tonks, a su lado, cuando el perro demostró su amor por la música.
Mientras Thea tocaba el piano con gracia, Tonks empezó a ladrar y aullar en señal de agradecimiento por la forma de arte que Thea había creado. Tonks lleva acompañando a Thea en el estudio de música desde que era sólo un cachorro, así que es muy experta en juzgar la música que se exhibe.
Fuente EP.