Es cierto que Tokio, el personaje que interpretó la española Úrsula Corberó, es uno de los más atractivos de la miniserie dramática La Casa de Papel. Pero, hay uno que se encargó de robar los corazones de la audiencia en Europa, Latinoamérica y Estados Unidos: Nairobi, en la piel de Alba Flores.
Pero, ¿por qué decimos esto? Hay varias razones que hicieron de esta astuta, meticulosa e inteligente ladrona, una de las protagonistas favoritas de la pantalla chica, y acá le explicamos.
La más carismática del grupo: Nairobi siempre se le ve llena de energía, al igual que enfocada en la misión que tiene junto al Profesor (Álvaro Morte) y el resto del grupo, de hacerse con 2600 millones de euros de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre.
Nunca ha tenido problemas para relacionarse con extraños, a excepción de Berlín (Pedro Alonso) con quien tiene una relación bastante difícil. Nairobi es de personalidad fuerte, divertida, alocada y con una de las mejores líneas de la miniserie: “Comienza el matriarcado”.
De orígenes dramáticos: La espigada chica española tuvo una infancia problemática, en especial luego de quedar embarazada de su novio siendo una adolescente, y después abandonada con el hijo de éste último.
Tuvo que ingeniárselas para mantener a su bebé, así que pensó que debía conseguir dinero rápido y fácil. Al momento de poner un pie en el mundo del crimen, ya no pudo escapar sin que hubiese consecuencias.
La más ágil del grupo: Nairobi tiene un gran “superpoder”, o quizás el más creativo. Es una experta falsificadora. Tiene la capacidad de hacer una copia perfecta de casi cualquier cosa que tenga en mente. Eso la transforma en el arma secreta de su singular grupo.
Rompecorazones: Sabemos que se trata de una criminal, aunque no creemos que sea del todo peligrosa. Además, la motivación dramática de esta chica, ayuda a que el espectador sienta empatía por su causa luego del ataque a la Fábrica.
Ella, por su largo historial delictivo, perdió la custodia de su bebé. Eso la impulsó a usar el dinero del robo para recuperarlo y darse juntos una segunda oportunidad.