Si desea una visión completa del por qué la Reina Elizabeth II y la difunta Diana de Gales mantenían una distancia prudencial, justo después de la gran boda con el Príncipe Charles, le daremos más detalles a continuación.
Contrario a la creencia popular, la Reina no siempre fue una ferviente “anti-Diana”. De hecho, siempre quiso ver a su hijo casado con una muchacha acorde, y ella era esa chica.
¿La nuera perfecta?
Elizabeth II vio en aquella joven de 19 años un lienzo en blanco que podía amoldar a los requerimientos de su monarquía. Cuando Diana visitaba a Charles una vez por semana, la Reina estaba encantada con lo que vendría a futuro.
Del mismo modo, en 1981, mientras que Inglaterra estaba plagada de disturbios sociales anti-conservadores, Su Real Majestad vio como distracción esa fastuosa unión eclesiástica.
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Choque de perspectivas
Poco después de las nupcias, los ideales de la Reina sobre Diana se derrumbaron. La joven Spencer se dio cuenta que acababa de ingresar a una relación de conveniencia y espectáculo.
La blonda le hizo saber a la Reina su consternación, y ésta no actuó como su pañito de lágrimas. No le importó, dirían muchos. La guerra entre ellas apenas comenzaría.
Diana-manía
Antes de Diana, la belleza y el dinamismo no eran cosas generalmente asociadas con la familia real.
Entonces, cuando el mundo clamó por ser parte de la Diana-manía, la Reina y su círculo fueron olvidados un poco. Cada vez que Elizabeth intentaba controlar a su nuera y mostrarle los modales reales, Diana terminaba robándose la atención.
Con cada nuevo peinado y lujoso atuendo usado por Diana, la Reina estaba cada vez más confundida de las intenciones de su nuera.
Polémica
La Reina sólo quería que Diana cumpliera con sus deberes... y eso no terminó sucediendo como pensó. La familia real siempre se involucró en actividades caritativas, y Diana lo hizo con novedad.
Se acercaba a los pacientes con VIH y otras condiciones médicas delicadas sin guantes o alguna protección extra. Los abrazaba, los escuchaba y sentía su dolor.
Eso hizo que las personas elogiaran su esfuerzo extra, y la diferenciaban del resto de la casa Windsor.
¿Era acaso un problema mayor para la Reina, la presencia y acciones de Diana en el mundo?, es una pregunta que sigue sin respuesta.