La controvertida muerte de Sharon Tate ha sido uno de los incidentes más sangrientos que han manchado la historia de Hollywood hasta ahora.
Asesinada junto a otros tres amigos en 1969 por miembros de la familia Manson, ha pasado a la historia como una de las víctimas más jóvenes con tan solo 26 años de edad.
Asimismo, resulta totalmente abominable que para el día de su muerte estaba embarazada y a dos semanas de dar a luz al hijo de Roman Polanski, quien era su esposo.
Los acontecimientos se dieron misteriosamente causales para que las víctimas cayeran en manos de los asesinos, a pesar de que en realidad no eran el objetivo que perseguía la secta.
Luego de muchas investigaciones acerca de lo que sucedió ese trágico 9 de agosto de 1969 en Benedict Canyon (Los Angeles), y según confesiones de Charles Manson, se determinó que la meta del grupo era asesinar a quien se encontrara en la casa sin importar quien fuera.
La desgracia con la que corrieron estas personas se basaba en que la casa de Sharon Tate era un alquiler que ella y su esposo negociaron con Terry Melcher, un famoso productor musical que rechazó reiteradamente a Manson como cantante.
En las confesiones, se determinó que la meta era realizar una de las más grandes masacres entre la clase alta de Los Angeles y generar una especie de guerra racial o elitista.
Pero lo que finalmente corroboraron los psicólogos que analizaron el caso es que era una vil venganza contra el productor que tantas veces rechazó el talento de Manson.
Lamentablemente todas las personas que se encontraban en la casa fallecieron de las maneras más violentas, incluyendo disparos, puñaladas y golpes con la finalidad de dejar un escenario realmente espeluznante. La persona detrás de todo esto murió en la cárcel en noviembre de 2017, a sus 83 años.