Antes de atacar los puntos negros, debes saber cómo aparecen y qué son. Se trata de poros que están sellados por células muertas y por el sebo en exceso que produce la piel, lo mismo que ocurre con las espinillas.
Sin embargo, ambos se diferencian porque los puntos negros están abiertos y las espinillas están cerradas. Por eso es que suelen ser negros.
Si bien no resulta nada fácil acabar con ellos, tampoco es imposible lograrlo. De ahí que solo debes seguir estos consejos e incorporarlos a tu rutina de belleza:
- Por muy tentador que parezca, está prohibido que aprietes los puntos negros con tus dedos. Eso nunca, pero nunca debes olvidarlo. Recordá que tanto las manos como los dedos están llenos de suciedad y bacterias, por lo que al oprimir estos puntos el remedio será peor que la enfermedad y terminarás complicando aún más las cosas generando una infección.
- En cambio lo que sí debes hacer es limpiar tu rostro con rigurosidad y constancia. Por ejemplo, incluir el lavado de la cara por lo menos dos veces a día es fundamental, porque estarías evitando que tus poros estén llenos de impurezas o de maquillaje. Si te da mucha fiaca aplicar estos productos, una buena opción es conseguir un producto que sea tres en uno: que desmaquille, limpie y tonifique la piel.
- Exfoliar la piel es otra recomendación de oro, que debes tratar de cumplir por lo menos dos veces a la semana, por lo que estarías evitando que tus poros se obstruyan y, en consecuencia, serán menos los puntos negros en tu piel, que de no ser tratados pueden provocar manchas en el rostro.
- Las mascarillas de arcillas son otro aliado, porque no solo permiten una limpieza profunda, sino que también mantienen a los poros libres de obstrucción.