Cuando Elvis Presley murió repentinamente, toda la responsabilidad de administrar su legado recayó en su padre Vernon Presley. Sin embargo, cuando éste murió en menos de dos años, la responsabilidad pasó a ser de Priscilla Presley, la única mujer con la que se casó y en representación de los intereses de su hija que era menor de edad en ese entonces.
Esto fue resultado de la confianza que depositó el padre del Rey del Rock en Priscilla, lo cual la dejó totalmente sorprendida, según ella misma declaró en una entrevista.
Sin duda alguna, administrar el legado de Elvis no era una tarea fácil por sus ingresos millonarios como resultado de su exitosa carrera. Pero para Priscilla, quien mantuvo una buena relación con él luego del divorcio, era una misión que debía cumplir.
Su matrimonio apenas duró seis años por problemas en la relación, incluyendo las infidelidades del cantante, un tema en el que la mujer no ha querido ahondar. A pesar de ello, cuando se divorciaron, como símbolo de su excelente relación abandonaron el juzgado tomados de la mano.
Después de ello, Elvis nunca se volvió a casar aunque tuvo muchos amoríos e incluso le dio un anillo de compromiso a su última novia antes de morir, Ginger Alden.
Nada de eso impedía que Priscilla y Elvis siguieran unidos, ya que ambos se preocupaban realmente uno por el otro. Para Priscilla, que un matrimonio se acabe no quiere decir que te desagrada la otra persona o que no la querés cerca, y ellos fueron muestra de ello ya que simplemente decidieron que no convenía seguir juntos.
Para ella, lo más complicado fue tener que compartir a Elvis con todo el mundo, además de vivir lo no glamoroso que es el mundo del rock. Ella actualmente lleva todo lo relacionado al legado del "Rey", desde su casa que funciona como museo en California, como exposiciones, proyectos musicales o eventos en vivo.