Los críticos en muchas ocasiones no han favorecido a Adam Sandler en el transcurso de su carrera cinematográfica, pero los recibos de taquilla dicen lo contrario.
Su filmografía ciertamente ha tenido altibajos, pero incluye algunos de los éxitos de comedia más grandes (y más eminentemente célebres) de la historia reciente. Espiá la segunda parte del conteo de las peores películas de Sandler y sus criticas:
The Cobbler
La crítica dice que The Cobbler representa un pequeño paso adelante de las comedias recientes de Adam Sandler, pero si bien su empalagoso sentimiento es un sustituto más apetecible de su humor craso habitual, todavía no es terriblemente convincente.
Max Simkin (Adam Sandler) repara zapatos en la misma tienda de Nueva York que ha estado en su familia por generaciones. Desencantado con la rutina de la vida cotidiana, Max se topa con una reliquia mágica que le permite adentrarse en la vida de sus clientes y ver el mundo de una manera nueva.
A veces, caminar en los zapatos de otro hombre es la única forma de descubrir quién sos en realidad.
Ocho Crazy Nights
La crítica calificó de “nauseabunda” esa producción donde Sandler vuelve a sus raíces.
Davey Stone es un hombre joven que odia las vacaciones y está decidido a que nadie más en la ciudad de Dukesberry las disfrute tampoco. En la primera noche de Hanukah, el perverso gruñón de Davey se convierte en un alboroto y es arrestado.
Como esta no es la primera vez que se embarca en una acción destructiva, la ciudad sentencia a Davey a diez años de prisión. Es solo a través de la intercesión de un amable y viejo codificador llamado Whitey que Davey se salva.
Whitey, un árbitro local de básquetbol, acepta asumir la responsabilidad de Davey, que es ingrato y sigue una serie de acontecimientos que son parte del humor característico de Adam.
Zookeeper
La critica de cine no fue tan dura con Zookeeper. Los animales del Franklin Park Zoo aman a su bondadoso cuidador, Griffin Keyes (Kevin James), encontrando que se siente más cómodo con un león que con una dama.
Griffin decidió que la única forma de tener una niña en su vida es abandonar el zoológico y encontrar un trabajo más glamoroso. Los animales, presas del pánico, deciden romper su codificado código de silencio y revelar su mayor secreto: ¡pueden hablar! Para evitar que Griffin se vaya, deciden enseñarle las reglas del cortejo: estilo animal.