Nahir Galarza, condenada por el crimen de su ex pareja, Fernando Pastorizzo, comenzó una huelga de hambre hace nueve días como reclamo a la interrupción de las visitas en el penal. Desde que se decretó la cuarentena la joven, como el resto de los detenidos, no puede ver a su familia.
Según Nahir, no está dispuesta a seguir "aguantando" no poder ver a sus papás y hermano. Y es por eso que, desde el 27 de abril, para reclamar por estas visitas no ingiere alimentos.
Tanto su mamá como su papá están muy preocupados por la salud de Nahir. "Bajó más de 8 kilos, apenas toma agua. Está débil y tiene mareos, pero nadie se ocupó de ella... Ni de los organismos de derechos humanos. Es una discriminación, como si lo que pide fuera un capricho", de esta manera contaba a los medios la situación Marcelo Galarza, padre de la joven condenada.
Cabe destacar que la detenida comenzó su huelga el mismo día que le negaron la prisión domiciliaria porque consideraron que tenía un buen estado de salud e higiene.
Habrá que ver si con esta situación cambia el panorama para la joven.