Hace ya algún tiempo, el portal París Match realizó una entrevista al célebre actor estadounidense Al Pacino, de 77 años de edad, en su lujosa casa de Los Ángeles, California, donde dio su opinión sobre aspectos cercanos a su carrera y vida privada.
Pacino los recibió en su vivienda con una amable sonrisa y dispuesto a que el público conociera un poco de su enigmática personalidad. “A veces fantaseo con que no tengo nada qué hacer. Me imagino en un patio, en una mecedora leyendo un buen libro. Pero eso nunca dura mucho tiempo. Cuando actuamos, controlamos todo, a diferencia de la vida real”, comenzó el recordado “Padrino”.
Dijo que ser actor es su vocación y un medio para liberarse de la “tendencia” a querer complacer a los demás. “Un día, una mujer me preguntó: ‘¿No te resulta extraño jugar siempre al diablo?’. Respondí: ‘Señora, debe hacerle esa pregunta a Dios, ¡él es quien nos deja jugar esas cosas!’. Hay gente que quiere saber cuándo voy a dejar de actuar, pero... no puedo imaginar la vida sin eso”, insistió Al.
Le consultaron acerca de lo que piensa al momento de estar con el público, debido a la histeria que genera su presencia en cualquier evento o escenario. “Una vez en Venecia tuve dos películas para representar el mismo día. Hice entrevistas, fui a las alfombras rojas, proyecciones, todo eso. Estaba tan loco que decidí jugar a Pacino, ¿entiendes?: empecé a gritar y soltar tonterías, y ellos lo amaron”, recordó con picardía.
Su fama se basa en clásicas películas como The Godfather, Scarface y Scent of a Woman, por mencionar algunas. Solo que ¿El mismo podría estar cansado de recordar sus grandes actuaciones? “Tal vez un poco. En especial porque me gusta vivir el momento. Después de The Godfather no sabía quién era yo. Las mujeres dormían en la puerta de mi casa. Ahora el anonimato es un lujo”, expresó el actor.
Para sus fans aclaró que raramente ve su trabajo cuando lo pasan en la TV, y que sigue readaptándose al mundo de hoy, aunque no le ha sido fácil. “Dejo que la vida me cargue, ¿sabes?. Estaba hace poco en un supermercado, y una mujer se acercó al amigo que me estaba esperando afuera y le preguntó: ‘¿Es realmente Al Pacino ese que vi adentro?’ Él respondió: ‘Sí, señora, solo hay un Al Pacino’, fue chistoso”, concluyó.