En la década deñ 2000, Nicole Kidman fue considerada una de las mejores actrices del mundo. Y es que en cada una de sus películas sus interpretaciones destacan, aunque el filme no logre la recaudación esperada.
Hoy, a sus 51 años de edad, la actriz confiesa estar satisfecha con todo lo logrado, tanto en el plano personal como en el profesional, donde suma más de 50 películas en el cine y más de 10 series de televisión.
Desde pequeña, Nicole Mary Kidman, su nombre legal, sintió admiración por el mundo del espectáculo. La actriz nació en Honolulu, Hawai, el 20 de junio de 1967 y a los 3 años ya estaba en clases de ballet.
Su padre Anthony Kidman era australiano, y al cumplir cuatro años Nicole se mudó de Estados Unidos para Australia. En este país, Kidman estudió teatro y todas las mañanas acudía a clases de gimnasia.
A los 16 años participó en su primera película, titulada Bush Christmas (1983), ambientada en la época decembrina, a la par que estudiaba secundaria. Su madre Janelle Stuart enfermó de cáncer de mamas y Kidman dejó los estudios y su carrera como actriz, lo cual retomó una vez que su progenitora se recuperó.
La televisión australiana y el cine de este país les sirvieron de tribuna a la actriz norteamericana a mediados y finales de los años 80.
En 1989 la película Calma total, grabada en Australia, le abrió las puertas de Europa y Estados Unidos, y luego la industria cinematográfica de Hollywood la recibió para protagonizar la película Días de trueno (1990), donde hizo pareja con el actor Tom Cruise, quien luego sería su esposo por once años.
Kidman ya estaba en la cúspide y siguió actuando al lado de famosos de la talla de Bruce Willis, Dustin Hoffman y Sandra Bullock, entre otros. Incluso, en 2001 grabó una versión del tema Somethin`Stupid de Frank Sinatra, a dúo con el cantante británico Robbie Williams.
Con un Oscar entre sus colecciones de premios, cuatro hijos (dos de ellos adoptados) y una relación que ya cumple 12 años con el cantante de música country Keith Urban, la actriz asegura sentirse verdaderamente feliz.