Kateryna Gelikh, de 40 años, de Mariupol (Ucrania), paseaba hace poco por una aldea remota cuando se encontró con el agresivo cisne. El cisne, ahuyentó a Kateryna cuando se acercó demasiado, y desde entonces aprendió la lección de mantener una distancia suficiente.
Por desgracia, hubo otros que no fueron tan sabios y se encontraron con el ataque del temperamental ave. Kateryna dijo: "Puedes ver la reacción del cisne ante la presencia de personas en el hábitat. Al cisne no le gusta nuestra presencia, solo acepta cuando le das de comer".
Gelikh afirma que ha continuado visitando al cisne. "Durante las dos últimas semanas hemos ido a alimentarlo casi todos los días. Conocemos la reacción del cisne y por eso estamos preparados, pero puede ser bastante peligroso", explicó.