Creado en 1928, Mickey Mouse es el personaje ficticio más conocido del mundo, y es que ¿quién no reconoce a este ratoncito? si su figura aparece en todas partes, en todo país, en toda latitud.
De hecho este año el emblema de la compañía Disney cumplirá 90 años y aún sigue siendo una de las marcas más vendidas en el universo.
La historia de su origen es mitológica, además estuvo envuelta en relatos falsos y confusos. Ahí empieza el mito: que a Disney se le cayó una gota de tinta y jugando con ella dibujó a Mickey, al que en realidad bautizó Mortimer y posteriormente le cambiaron el nombre.
Pero no fue esa novedad la que hizo a Mickey tan exitoso, el cual nació en medio de una nación deprimida por la mayor crisis económica de su historia.
Con el paso del tiempo Mickey poco a poco se fue convirtiendo en un pequeño trabajador valiente, quien siempre está alegre y se enfrenta a toda clase de eventos con música y sonrisas.
Esa mirada optimista y activa, que encarnaba lo mejor del espíritu de las empresas norteamericanas, fue la clave de su éxito. Extrañamente, funcionó muy bien en los años treinta y primeros cuarenta, pero a partir de entonces perdió popularidad a manos del pato Donald.
¿Qué había pasado? Mickey era el canto alegre a la esperanza en medio de un mundo en peligro. Donald, que se hizo más popular durante la Segunda Guerra Mundial, era malhumorado, a veces un poco cínico y torpe. Tras la guerra resultó mucho mejor reflejo de la sociedad de su tiempo.
Pero Mickey siguió por mucho tiempo como paradigma de cómo crear un personaje animado. Mucho de su carácter se lo debe al gran creador de personas fílmicas de los comienzos del cine, Charles Chaplin.
Mickey Mouse tiene además algo que otros héroes cómicos no tienen, la capacidad de ser un líder sin que se lo proponga. De ser un ratón rural y de granja en los primeros cortos, pasó a desempeñarse en los trabajos más variados, siempre en los escalones más bajos de la sociedad hasta que llegó el color.
Ahí es donde aparecen sus amigos y compañeros más frecuentes, pero siempre se mantuvo como ese líder alegre y firme. Disney lo consideraba su alter ego, y de hecho fue quien le prestó la voz durante casi toda su carrera.