Matthew McConaughey es conocido por sus múltiples roles en películas de todos los géneros. Aún cuando disfruta todos los papeles que enfrenta, el actor pasó un tiempo sintiéndose estancado al interpretar siempre largometrajes de comedias románticas.
En ese momento, decidió que quería tomar nuevos retos en su trabajo. “Hace unos cinco años me di cuenta de que había llegado a un punto en mi carrera en que solo me llamaban para rodar ese tipo de filmes (comedias-románticas). Un día pensé: ‘Quiero hacer algo diferente, algo que me dé miedo, nuevos retos, algo de lo que no esté seguro de ser capaz de hacer. Ya tengo dinero más que suficiente para pagar el alquiler y para llevar comida a la mesa, así que me puedo permitir decir que no’. Y eso hice”, expresó el actor oriundo de Texas, Estados Unidos.
Sin embargo, el plan no le resultó muy bien. McConaughey confesó haber pasado un año entero sin recibir ni una propuesta de trabajo, hasta que lo llamaron para participar en una película con Channing Tatum.
“No recibí una sola oferta en todo un año. Me quedaba en casa y no hacía nada. Al parecer, fue precisamente eso lo que despertó el interés de directores como Steven Soderbergh, quien me propuso el papel de Dallas, el dueño de un club de stripers masculino en la película Magic Mike”, contó el actor.
El estadounidense confesó haberse sentido angustiado tras pasar un año sin actuar, ya que eso es lo que más disfruta; sin embargo, con el apoyo de su esposa pudo mantenerse tranquilo. Además, ese año se convirtió en padre, lo que lo ayudó a entretenerse. “Justo en esa época nació mi primer hijo. Estaba muy contento y tenía una ocupación genial con la que llenar todos los días. Levi (su esposa) me ayudó a no tener miedo”, dijo el protagonista del film The Wedding Planner.
Desde entonces lo hemos visto en distintas películas de ciencia ficción, drama, suspenso y otros géneros. Para sus films, McConaughey confesó ser un perfeccionista al estudiarse los libretos. De hecho, hasta los plastifica.
“Es Cierto. Funciona así: tienes que repetirte en voz alta la misma escena cientos de veces, hasta que la domines. A mí me gusta decir mis líneas a las cinco de la mañana de un domingo o a las dos de la madrugada de un sábado cuando estoy borracho. Las repito en distintos estados de ánimo y en momentos diferentes: cuando estoy en el parque con mis hijos, se las digo como se las diría a un niño. En otros momentos, las recito como si estuviera rezándole a Dios. Y también las repito a gritos en la ducha”, indicó el actor de 48 años de edad.