Uno de los actores más polémicos -y tal vez incomprendidos de Hollywood- fue Marlon Brando, quien vivió una envidiable carrera artística que le permitió hacerse de dos premios Oscar, y ganarse la admiración de colegas como Jack Nickolson, Robert Duvall y Warren Betty, por mencionar algunos. Ellos vieron en Brando una comprensión interpretativa más allá de lo impensable, durante la que fue su época dorada.
Su trabajo en la pantalla grande consiguió que lo nominaran ocho veces a los premios de la Academia: por A Streetcar Named Desire (1951), Viva Zapata (1952), después Julio César (1053), pero la gloria llegaría con On The Waterfront (1954), donde se metió en la piel de Terry Malloy.
Otras de sus nominaciones fueron por Sayonara (1957), Last Tango in Paris (1973) y A Dry White Season (1989). Su segundo Óscar lo obtuvo por la mítica interpretación de Don Vito Corleone en el clásico The Godfather (1972) de Francis Ford Coppola basado en el libro de Mario Puzzo.
“Brando es el mejor actor estadounidense. Su grandeza radica en que actúa con empatía y comprensión, que ni siquiera los mejores intérpretes técnicos podrían igualar”, dijo en su momento la desaparecida leyenda del cine, Laurence Olivier.
Su compañero del film Missouri Breaks, Jack Nickolson siempre se refirió a Brando como un artista monumental, cual si fuera un ‘Picasso’ de la actuación. “Muchos actores intentaron copiar a Marlon. No había forma de seguir sus pasos. Era demasiado grande y estaba lejos de vista. Conmovió al mundo, y su influencia quedará en quienes lo conocimos en vida”, expresó para The Times.
El actor Robert Duvall veneró el talento y capacidad de Brando para dejar huella. “Tenía una astucia innata, encontrando formas de hacer todo mejor que los demás. Nunca desarrolló su tremendo potencial. No creía que la actuación fuera una excelente manera de ganarse la vida. Tal vez tuvo tanta adulación desde joven, que simplemente se aburrió con eso”, apuntó.
También el cineasta Warren Betty catalogó a Marlon como un artista “excepcionalmente influyente”. “Tal vez no lo sepan, pero era un ciudadano con amplias perspectivas sociales. Generoso con sus amistades y con una visión sincera, muy personal. Como vecino era un ser festivo. Aun Annette (Bening, esposa de Warren) y yo lo extrañamos mucho”.
Estas fueron impresiones que dejó la inesperada partida de Brando, el 1 de julio de 2004 a las 6:30 pm. Un vocero del actor anunció que había sido ingresado en el Centro Médico de UCLA por presentar problemas para respirar. Falleció por insuficiencia pulmonar a los 80 años.
Una vez le preguntaron si temía a la muerte, a lo que respondió citando a Marco Antonio: “De todas las maravillas que he oído hasta ahora, me parece muy extraño que los hombres tengan miedo, ya que la muerte, un final necesario, vendrá cuando venga”.