El rostro aterrador de Valak en la película La Monja (2018) es uno de los principales atractivos de esta producción estadounidense de terror, la cual a menos de un mes de estrenada ya recauda más de 229.9 millones de dólares contra un presupuesto de 22 millones.
El papel, representado por la actriz Bonnie Aarons, encarna a uno de los demonios más infames del mundo, capaz de hacer todo tipo de maldades.
Los ojos verdes de Aarons resultaron ideales para darle vida a este personaje que requirió de varias horas de preparación, a propósito del maquillaje que se necesitaba para transformarle el rostro a la estadounidense.
Pero las horas que duró este trabajo valieron la pena, pues quienes han visto la película aseguran que fue una labor de calidad por parte del equipo de maquillaje. Tanto es así que muchos fans y críticos lo califican como una "obra maestra".
Hay otras películas del séptimo arte que se destacan por el maquillaje de sus personajes, una de ellas es El Exorcista. En algunas escenas se observa a una cara diabólica en blanco y negro.
Para hacer esa caracterización los profesionales, encabezados por Dick Smith, tardaban cuatro horas para maquillar a la actriz Eileen Dietz, quien también hizo de doble de Linda Blair, y a la misma Blair.
Otro maquillaje que llamó la atención de los amantes del cine fue el del actor Heath Ledger, cuando personificó al Joker en la trilogía de películas de Batman. Aunque la transformación no era tanta, los gestos del actor lo engrandecieron, sumado a las enormes cicatrices que mostraba a los lados de su boca.
El actor Jeff Goldblum en la película The Fly (1986) también lució un rostro tenebroso. El maquillaje fue sencillamente excelente, incluso se ganó un Premio Oscar de la Academia. En la trama el científico Seth Brundle se va transformando a lo largo de siete etapas y en cada una su mutación fue grandiosa.
Otro Oscar se lo ganó la película Beetlejuice (1988) a propósito del maquillaje que mostró Michael Keaton, para encarnar a un muerto en descomposición.