Cualquiera que le haga seguimiento a la vida de la cantante estadounidense Madonna y a los escándalos que protagonizó por décadas, pensaría que es una mujer permisiva, abierta y hasta light con sus hijos.
Pero no es así, pues la también compositora, actriz y empresaria confesó que es muy estricta con la crianza de sus seis hijos, dos nacidos de su vientre y cuatro a quienes acogió como si fueran suyos.
La reina del pop asegura que a 59 años es una mujer madura y lleva a sus descendientes derechitos, por el camino del bien, fomentando valores, responsabilidades y buenos modales.
Es por ello que Madonna, de acuerdo a su visión de lo bueno y lo malo, le tiene vetadas a sus hijos cosas habituales en la vida diaria de cualquier niño. Una de ellas es que sus vástagos pequeños no pueden ver televisión, debido a la cantidad de contenidos impropios que se trasmiten en la pantalla chica.
Los alimentos con azúcar también están prohibidos en la alimentación de los chicos, a propósito de los efectos negativos que esta sustancia genera en el cuerpo.
Asimismo, en el marco de la educación que la diva del pop imparte en su casa, está que cada miembro debe honrar sus deberes. La forma de vestirse igualmente está en la lupa de Madonna. Si algunas de las hembras se pone una ropa escotada, la artista la obliga a cambiarse, por algo más decente, “porque se te verá todo”.
Aunque la rubia indomable está consciente que siempre intenta poner mano dura, asegura que tampoco llega a los extremos de la rigurosidad.
Lourdes León, de 21 años y conocida cariñosamente como Lola, es la primogénita de la artista, nacida de la relación sentimental que la diva del pop mantuvo con el entrenador cubanoamericano Carlos León. Rocco es el segundo hijo de la cantante, fruto de su unión con el director de cine Guy Ritchie. Tiene 18 años y es modelo.
En 2006, cuando aún permanecían juntos, Madonna y Guy Ritchie adoptaron a un niño de Malaui, llamado David Banda Mwale Ciccone Ritchie, de 12 años. En este mismo país africano, en 2009, acogieron a Mercy James (12 años).
En 2017, la estrella estadounidense adoptó a Stella y Esther, dos nenas oriundas de Malaui que vivían en pobreza extrema.La artista asegura rendirse ante el amor que les tiene a todos sus hijos.