Una salida a un club nocturno de Barcelona, en los ochenta, le cambió la vida a Lurdes Iribar, una estudiante de moda que sólo pretendía divertirse.
Vestida extravagante de amarillo, se encontró con un chico con quien coincidió en gustos (llevaban casi el mismo atuendo, exceptuando el color). El hombre en cuestión: Xavier Font, uno de los fundadores de Locomía.
La blonda recordó para la página Vice que él fue muy amable todo el tiempo. Bailaron y hablaron de varios temas. En aquella ocasión, no se escuchaba del cuarteto de enormes trajes e icónicos abanicos… pero ya estaba en camino a convertirse en algo especial.
En manos del manager José Luis Gil, los cantantes Luis Font, Carlos Armas, Manuel Arjona, Xavier e Iribar arrancaron sus presentaciones en España. La chica pensaba que sólo los ayudaría a diseñar sus estilismos y quedarse detrás de los escenarios. No obstante y por corto tiempo, fue pieza clave para el empuje de la banda.
“Siento que Xavier era igual que yo. Él se hacía sus zapatos y los abanicos XL, nos unió el amor por la moda. Ellos iban mucho a Ibiza, allá bailaban con su estilismo barroco y sus abanicos. Locomía no nació con ambiciones musicales, en realidad quería expresar cosas a través de la moda. Era lo que más nos importaba”, recalcó Iribar.

Los chicos comenzaron a hacer más y más conciertos, y tomaron la decisión de irse a vivir a Madrid, en tanto grababan su primer disco. El éxito llegó al verano siguiente.
Lurdes describió la experiencia como “surrealista”, pues se sentían casi tan famosos como Michael Jackson y todo en muy corto tiempo.
“Fuimos una gran familia. Los amaba, aunque perdimos un poco el contacto. Estuve con ellos hasta 1992, cada quien tomó un rumbo distinto y algunos después estuvieron en momentos claves de mi vida, como el nacimiento de mi hija. Hoy ya todos vivimos alejados de la farándula. Tal vez tuvimos suficiente”, contó entre risas.
Y si tal vez se preguntaban el origen de la palabra Locomía, Lurdes precisó que fue un error que después tomaron con gracia.
“Gard (Passchier), uno de los integrantes originales, era holandés y no sabía tanto español. Esa vez pensábamos en nombres para el grupo. Él dijo ‘Locomía’, cuando quiso decir ‘Una Locura Mía’… Nos encantó. Lo colocamos en todos nuestros productos… ese fue el inicio de todo”… y así despegó la locura por las grandes hombreras, los pasos sugerentes y aquel show de abanicos.