Desde que Luli Fernández contó públicamente que estaba esperando su primer hijo con su pareja, Cristian Cúneo Libarona, comenzó a compartir cada etapa de su embarazo con sus seguidores. Y logró tener un ida y vuelta más fluido con las mujeres que a diario esperaban con ansias los posteos de la modelo en Instagram.
A las pocas horas de haber dado a luz a su primogénito, Luli compartió una foto de su bebé y reveló su particular nombre: Indalecio. En ese momento, contó que significa "enviado o mensajero de Dios", pero que más adelante revelaría el porqué de la elección.
Muy emocionada por esta feliz etapa en familia, Luli le puso fin al misterio y habló de las señales que la llevaron a llamar Indalecio a su bebé. "Con Cristian habíamos aceptado el nombre que ambos sentimos que el bebito eligió. Fue algo muy especial, difícil de poner en palabras… Estábamos en pleno proceso de búsqueda cuando en un lapso muy corto de tiempo, en dos oportunidades distintas, nos topamos con el nombre de manera muy clara. Yo no lo había escuchado jamás. Las escenas fueron concretas, una más frívola que la otra, pero no por ello menos notoria para nosotros”, comenzó relatando la modelo junto a una foto de su hijo.
La flamante mamá detalló cuándo escuchó por primera vez el nombre Indalecio: "Estábamos en un evento por mi trabajo a donde Cristian me había acompañado (esto no es algo habitual) cuando escucho a un papá llamar por Indalecio a su hijo. Le pregunto a mi marido si alguna vez había escuchado ese nombre y me responde que sí, que conocía solo a una persona llamada así. Nada estrafalario ni llamativo pero fue tema esa tarde para nosotros, sin representar mayor sentido”.
"Con Cristian habíamos aceptado el nombre que ambos sentimos que el bebito eligió, fue algo muy especial y difícil de poner en palabras"
Antes de cerrar, Luli reveló cuándo se dio cuenta de que debía ponerle el particular nombre a su bebé y aclaró que su pareja lo sintió de la misma manera. Juntos, viajaron a Salta y cuando menos lo esperaban el nombre Indalecio volvió a ponerse en el centro de la escena: "Nos detuvimos un momento a contemplar, ¿vieron cuando parás a disfrutar de una imagen, un paisaje, algo bello? Había un silencio muy particular. En eso, reparo que la Iglesia se llamaba San Indalecio. Nos miramos, no tuve que mostrarle nada, él también lo había leído. Nos sorprendió. Otra vez ese nombre... A las pocas semanas me enteré de que estaba embarazada. De curiosa busqué qué significaba Indalecio. Allí me encontré con su definición: enviado/mensajero de Dios. Si era varón, así se iba a llamar".