La serie de Luis Miguel, transmitida por la plataforma Netflix, resultó ser todo un éxito y puso de nuevo en la palestra al cantante mexicano, quien venía de una carrera un poco estancada.
El público prácticamente se enamoró de esta producción, incluso aquellos que aún son muy jóvenes y no conocen la trayectoria musical del artista se conmovieron con el relato que se dio sobre su vida.
Una de las tramas que más cautivó a los televidentes e hizo que se identificaran con la serie, fue la del hijo que perdió a su progenitora, en este caso en la década de los 80, y desea reencontrarse con ella.
Por lo general estas situaciones generan tristeza y compasión por quien la sufre, y ello permitió que el público de alguna forma amara a Luis Miguel, cuya vida se presenta en la serie como bastante complicada.
También la relación de Luis Miguel con su padre Luisito Rey conmovió al público, a propósito de lo abusivo, violento y egoísta que era su progenitor, quien aprovechó el éxito de su hijo para lucrarse e incluso llegó a explotarlo.
Si bien el papel de Luismi atrapó desde un primer momento a la audiencia, a lo largo de 13 capítulos, el de Luisito Rey también se destacó en la serie. Aunque fue bastante odiado, fue un personaje importante que interpretó magistralmente Oscar Jaenada.
De hecho, su muerte en el último capítulo dejó muchas expectativas sobre la falta que podría hacer en la segunda temporada, la cual el público es esperada con ansias, sobre todo porque se aspira conocer el paradero de Marcela Basteri (Anna Favella), madre del cantante mexicano.
Sin embargo, hay algunos aspectos de la vida de Luis Miguel que causaron resquemor, principalmente lo que tiene que ver con su primera hija, Michelle Salas, a quien reconoció cuando ya era una mujer.
Aunque la historia presentada en la serie fue contada por el mismo cantante, la producción se vio precisada a jugar un poco con la ficción para enganchar al público, lo cual lograron con éxito, tanto así que según una encuesta de Google alcanzó una aceptación de 96% en México.