Lo que comenzó con un tweet, terminó con un extraño irrumpiendo la habitación de la cantante Lily Allen mientras dormía, con la intención de clavarle un cuchillo en la cara, de acuerdo a la declaración oficial.
Esa experiencia cambió la vida de la británica. La obligó -según ella- a aislarse de sus familiares y amigos. Justo el día que enfrentó a ese desconocido, llamado Alex Gray, estaba acompañada por una amiga y dos nenes.
“Él constantemente socavó mi confianza y seguridad. Me acosó por siete años. Apareció en una cuenta de redes sociales en el 2009, afirmando haber escrito la canción The Fear, mientras utilizaba el identificador @lilyallenRIP. Luego me llegaron cartas con insultos, acusaciones y amenazas de suicidio”, confesó la morocha.
Ya se estaba volviendo "loca”, por lo que decidió apoyarse en las fuerzas policiales para que resguardaran su integridad física. Se sintió aliviada de saber que los agentes poseían un registro fijo de la persona que buscaban.
“Por un tiempo las cosas se calmaron, hasta que recibí un mensaje de la policía que decía: ‘Alex Gray está activo nuevamente’. No tenía idea de lo que significaba. Hice mi propia búsqueda, obtuve mi propio abogado, establecí medidas para proteger a mi familia. Ni sabía cómo era él, me sentí sola. Tengo algunos problemas de confianza ahora. ¿En quién podés confiar si no puedes confiar en las instituciones policiales?”, contó la morocha.
Sus experiencias la llevaron a hablar en contra de lo que los activistas llaman “un crimen que altera la vida” y que está aumentando, al igual que los servicios de especialistas para las víctimas y la provisión de salud mental para los perpetradores.
“Después del incidente salí porque era DJ en un evento, no había tenido contacto con la policía. Supuse que lo estaban buscando activamente. Fue claro que para mí que ese no era el caso. Cuando llegué a casa, mi bolso estaba en el capó de mi auto afuera de mi casa. El lo quemó todo. Posteriormente, Gray fue atrapado y acusado de robo”, finalizó.