Es casi imposible no admirar el genio y dedicación de Stephen King. Con más de treinta años de carrera, continúa activo en el mercado literario, produciendo al menos una novela -quizás dos- cada doce meses, en su mayoría extensas.
Para este 2018, buscó sorprender a su fiel público con la presentación de dos libros: el primero The Outsider que salió en mayo, y Elevation que llegará a las librerías en el mes de octubre. Vamos a repasar entonces lo que nos dejó la última obra de ese gran maestro del terror.
La historia repite el formato de su reciente ensayo criminal con Bill Hodges, aquel detective retirado y dispéptico que murió en End of Watch (2016). Los sucesos comenzaron en el estado de Oklahoma, con el hallazgo del joven Frank Peterson (11) quien falleció de forma terrible.
Todas las pruebas apuntaron a una persona en particular: el entrenador deportivo local -y muy querido por el pueblo- Terry Maitland. Éste termina siendo arrestado durante un partido de béisbol por el detective Ralph Anderson.
Lo cierto es que el agente comienza a dudar de Terry, pues al momento de la muerte de Frank estaba alejado de la escena del crimen. Su coartada lo salvó, aunque ¿podría ser posible que estuviera en dos lugares a la vez?.
King trató de jugar con el dicho que reza: “Todos en este mundo tienen un doble”, pero claro, agregándole un componente sobrenatural y misterioso. Esa cambiante criatura podía leer mentes, ser capaz de elevarse sobre su víctima y alimentarse de los grandes miedos de cada hombre, mujer y niño.
Fiel a su estilo, Stephen armó un grupo de personajes atractivos dirigido por Anderson. Hasta hubo un importante regreso que fue el de Holly Gibney, la compinche de Hodges que se atrevió a trabajar en el “lado de los buenos” para salvar el día.
En líneas generales, vale la pena tomarse el tiempo para dedicarse a esta obra terrorífica (en el buen sentido), que posee una narrativa envidiable digna para atrapar al fanático de ayer y hoy.