El año pasado el mundo se paralizó cuando la diva neoyorkina Lady Gaga suspendió su gira por presentar una enfermedad crónica, llamada fibromialgia, que drenaba su energía y le hacía endurecer de pronto sus músculos a un punto de dolor extremo.
Ese padecimiento es bastante antiguo, y lo más triste -para quienes la sufren- es que no tiene cura, por tratarse de una enfermedad crónica. La cantante de Americano fue sincera sobre su inesperada lucha en el documental Five Foot Two de Netflix.
“La crítica cree que la fibromialgia no es tanto una enfermedad, sino más bien una colección de síntomas que se está volviendo más ampliamente aceptada en la comunidad médica”, opinó en la página Billboard.
El doctor George Ehrlich de la revista Journal Of Rheumatology, indicó su posición sobre la fibromialgia: “Cuando uno tiene tuberculosis, uno tiene tuberculosis, ya sea que se diagnostique o no. Lo mismo es cierto para el cáncer, la artritis reumatoide, la infestación por anquilostoma y una gama de enfermedades. Pero no para fibromialgia. Nadie tiene este padecimiento hasta que no se diagnostica”, reveló Ehrlich.
De acuerdo a la Asociación Nacional de Fibromialgia, esta condición afecta a 10 millones de personas en los Estados Unidos. El doctor Fred Wolfe, reumatólogo líder en los EE. UU., ha dedicado gran parte de su carrera a estudiarlo.
“En el 2016 el 75% de las personas que dijeron que tenían la condición fueron diagnosticadas incorrectamente. Síntomas y síndromes somáticos siempre han existido, pero ¿qué impulsa el diagnóstico moderno de fibromialgia? Tres partes interesadas esenciales: la industria farmacéutica, los médicos con conflictos de intereses intelectuales y sus vínculos con la industria farmacéutica, y las organizaciones de apoyo a los pacientes”, destacó Wolfe.
El mayor desafío al que se enfrenta la enfermedad, dentro de la comunidad médica, no es sólo que no haya una causa conocida o cura, sino su naturaleza polisintomática con pacientes que experimentan dolor, sensibilidad, fatiga, trastornos del sueño, falta de concentración e incluso un sub-síntoma de pacientes que la describen como "fibro niebla".
“Para los críticos, es fácil descartar la enfermedad. Para algunos psicólogos, la amplia gama de síntomas psicosomáticos se puede rastrear fácilmente a los traumas de la infancia o las emociones reprimidas. Para algunos médicos, es un trastorno cerebral que afecta el sistema nervioso central. Algunos acusan a la comunidad médica de no dedicar suficientes recursos para estudiarlo. Pero, para quienes lo sufren, es dolor. Y aunque el dolor es real, todavía hay mucho que permanece desconocido”, puntualizó Wolfe.