Optimista, alegre y sencillo, son solo algunas de las palabras que definen al cantante, bailarín y actor Chayanne, quien se ha convertido en una de las estrellas latinas más importantes en el panorama musical y cuya filosofía de vida es mirar siempre hacia adelante.
Sin pensarlo, el boricua se hizo referencia de una época y de una generación que aún recuerda a "Salomé" o la declaración del "querido ladrón de amor".
Con el paso de los años, Chayanne se ha reinventado y se ha unido a nuevas tendencias y ritmos. Poco a poco ha hecho de sus baladas y cannciones tropicales algo que ha revolucionado el mundo, siempre acompañado de impecables coreografías.
El puertorriqueño, quien se muestra feliz por el éxito que ha obtenido a través de los años, se siente agradecido del apoyo y el cariño que ha recibido de sus seguidores.
No obstante, más allá del venerado artista que es capaz de provocar alegría y baile en el público con sus ritmos, es ante todo una persona sencilla, humilde, que día a día se esfuerza por compaginar su trabajo con su vida familiar.
Entre tanto, mientras el éxito ha hecho lo suyo y los sencillos logran siempre buenos puestos en el mar de la competencia musical, la vida íntima del artista también es próspera.
Chayanne está felizmente casado con la abogada venezolana Marilisa Maronese y es padre de dos hijos: Isadora y Lorenzo.
"Tengo una familia bellísima, siento que divido a partes iguales mi vida entre la familia y el trabajo. Cuando estoy de gira, intento mantener la comunicación por teléfono o por Skype. Estamos ante una carrera que exige mucho tiempo, y a veces hay ausencias prolongadas, pero intento siempre mantener un balance”, comentó el artista que también ha reconocido en más de una oportunidad estar encantado de ser padre y comprender cómo es el verdadero amor paternal.
Asimismo, reveló que nada se ha comparado a la felicidad que sintió cuando nacieron sus hijos, ni los miles de galardones, ni los homenajes, ni dale la vuelta al mundo. Para el artista sus hijos son lo primero.
En su tiempo libre el puertorriqueño aprovecha para disfrutar de las cosas cotidianas de la vida, como su casa, su familia, la playa y una buena comida.
Por último, este amante incondicional de la música se describe a sí mismo como un hombre agradecido y feliz, y considera que está atravesando una etapa de amor, de cariño, pero sobre todo de crecimiento en todos los sentidos.