Nada fácil fueron los años de infancia y juventud de la reconocida actriz estadounidense Jane Fonda, una mujer de larga trayectoria y sobre todo muy polifacética.
Hoy, a sus 80 años de edad, es un ejemplo de que cualquier adversidad puede ser superada para seguir adelante y disfrutar de la vida.
La falta de comunicación con su padre, el fallecido actor Henry Fonda, fue uno de los primeros conflictos que enfrentó Jane, quien debía guardarse cualquier emoción antes de comunicarla, porque le podía generar problemas en su seno familiar.
A los 12 años el infortunio fue más grave. La madre de la actriz, la socialité Frances Ford Seymur, se quitó la vida con apenas 42 años de edad, luego de cortarse el cuello con un cuchillo en un centro de recuperación mental donde estaba hospitalizada.
La causa de la muerte de su madre, con quien Jane tenía una relación más cercana en comparación a la de su padre, no fue revelada en un primer momento. Su progenitor le dijo que su madre había sufrido un infarto; sin embargo, Jane descubrió la verdad leyendo una revista y ello le generó una gran frustración, mientras la soledad hacía estragos en su crecimiento.
Contrariada por todo lo ocurrido, Jane cayó en la bulimia por casi treinta años. Su vida era desconcertante, la falta de atención y cariño la mantenían abrumada, así como la inestabilidad.
En busca de un norte, Fonda se visualizó como pintora y viajó a París para aprender más sobre las artes. Allí recibió clases de interpretación en el Actor’s Studio, donde también estudiaban Marlon Brando y Paul Newman.
En los años 1960, a la edad de 23 años, hizo su debut en Broadway con la obra There was a Little girl y también en el cine con la película Tall Story (Me casaré contigo).
A partir de ese momento su carrera artística fue indetenible, aunque los reveses siguieron en su vida: Descubrió que su madre fue violada a los 8 años, luego ella misma reveló que fue ultrajada a los 12, le diagnosticaron un cáncer de mama que superó y más recientemente fue diagnosticada con células malignas en el labio que le fueron extirpadas.
“Nunca pensé que viviría tanto tiempo, pensé que el día de mi muerte estaría sola, pero mi vida es vibrante y saludable y a pesar de mi edad sigo trabajando”, declaró la actriz, al destacar que la valentía debe prevalecer en los seres humanos para superar todos los problemas y siempre ser uno mismo. Sin duda una mujer de temple y de auténtica personalidad.