La página The New York Times recogió varias entrevistas hechas al desaparecido Hubert James Marcel Taffin de Givenchy, sobre lo que fue su larga relación laboral y de amistad con el ícono de Hollywood Audrey Hepburn.
“Nos conocimos antes de que hiciera la película Sabrina. Era una mujer joven, muy delgada y muy alta. Apareció ante mí con el pelo corto, un par de pantalones angostos, una pequeña camiseta, zapatillas y un sombrero con cinta roja. Era un sueño”, inició el laureado diseñador de moda.
En aquel entonces, Givenchy estaba haciendo una colección que le impedía dedicarse de lleno al vestuario que necesitaba la actriz. Ella pidió ver su trabajo y quedó maravillada con las piezas, según el francés.
“Se probó todo y decía: ‘Es lo que necesito’. Hicimos todos los trajes para la cinta. Era fácil trabajar con ella, sabía cómo vestirse, lo que debía ponerse. Se conocía muy bien. Me gustaba que la ropa acentuara su silueta. Debíamos enmarcarla un poco y el resultado fue poderoso, extraordinario. Su estilo terminó siendo el mío”, agregó.
Hepburn no sólo ayudó a Givenchy a incrementar sus ventas en ropa, sino también lo apoyó con el lanzamiento de un perfume: Interdit. “Le dije que quería que fuese su perfume también pensado para las mujeres del mundo. Pagamos un millón de dólares para que Miss Hepburn fuese nuestra imagen”, confesó Hubert.
Sus negocios forjaron una fuerte amistad que duró hasta los últimos días de Audrey, quien falleció en enero de 1993.
“Fue sincera, honesta, amable y tenía encanto. Recuerdo que a veces cuando el teléfono sonaba en el estudio, sabía si se trataba de ella. Yo respondía y la escuchaba decir: ‘Sé que estás ocupado, pero quería enviarte un gran beso’… Esa era Audrey”.