La halitosis no es una enfermedad, pero es un problema que tiene un gran impacto social por el alto porcentaje de personas que la padece. La gran mayoría de los estudios estiman que el 90% de las causas están originadas en la boca, confirmando que el mal olor, en un alto porcentaje, proviene de la lengua.
Hay muchas razones por las cuales se puede tener mal aliento. La bacteria que se acumula en la boca y entre los dientes produce mal olor. Otras causas pueden ser enfermedades de las encías, boca seca o caries, sinusitis u otros problemas con la nariz.
Algunos alimentos también pueden causar mal aliento como cebollas crudas, ajo o repollo. Por supuesto, fumar produce su propio mal olor. Asímismo, algunos medicamentos y enfermedades pueden causar un mal aliento característico.
El Instituto del Aliento de Barcelona distingue dos tipos de halitosis:
-Genuina o transitoria: es puntual y suele darse nada más despertar, provocada por la reducción del flujo salival durante el sueño y varias horas sin comer. Alimentos fuertes como el ajo o la cebolla también pueden desencadenarla temporalmente.
-Persistente: Este tipo de mal aliento no logra solucionarse con métodos de higiene tradicionales, sino que necesitan un tratamiento específico, según el diagnóstico. Esta halitosis puede ser oral o extra-oral.
Mientras que la halitosis persistente o patológica es difícil de prevenir y necesita de un tratamiento específico, precedido de un diagnóstico, la halitosis transitoria puede evitarse. Según el Instituto del Aliento, los malos hábitos suelen estar detrás de este tipo de problema.
Estos son algunos de los consejos que podemos seguir para prevenir la halitosis:
Comer cada cuatro horas.
Evitar las comidas con sabores fuertes que contengan condimentos olorosos.
Evitar el alcohol, el café y el tabaco. Estas sustancias provocan la deshidratación a nivel de la saliva y, como consecuencia, la volatilización de gases de mal olor.
Evitar respirar por la boca.
Evitar las dietas hiperproteicas, hipocalóricas y las comidas ricas en grasas.
Beber un litro y medio de agua diariamente.
Cepillarse los dietes tras cada comida, no descuidar la higiene de la lengua y usar hilo dental.
El director del Instituto del Aliento y especialista en halitosis, Jonas Nunes, asegura que el uso del hilo dental tiene unos resultados demostrados en el desarrollo del mal aliento.
“Cuando se ha comparado el estado del aliento entre personas que utilizan regularmente el hilo y/o el limpiador de la lengua y las que no utilizan ninguno de ellos, se ha observado que el aliento de este último grupo era bastante peor”, dice el especialista quien agrega que además este hábito ha resultado ser mucho más efectivo que la utilización regular de enjuagues bucales.
El consumo de chicles antimicrobianos y/o probióticos puede ser eficaz a corto plazo y solo cuando la causa de mal aliento es intra-oral.