La recientemente desaparecida actriz norteamericana Margot Kidder (69), quien logró notoriedad por su trabajo en la franquicia Superman de los ochenta, tal vez no tuvo la mejor experiencia en Hollywood luego de vivir el lado dulce del estrellato.
Sin embargo, y con el tiempo, se transformó en uno de los grandes íconos del cine internacional, y en figura de culto para los amantes de los superhéroes. No en vano su presencia en eventos como el Comic-Con era las más aplaudida y esperada.
¿Sería justo admitir que fue una actriz de un solo éxito? Cara Wilder, actriz y una de las grandes amigas de Margot, opinó lo contrario: “Ayudaba a muchos y a veces se aprovechaban de su bondad. Iba a convenciones de comics y le pagaban por firmar autógrafos. Era una leyenda. Es una pena que sólo la recuerden como Lois Lane o ‘la actriz loca’… era más que eso”.
Ya a finales de su vida estaba retirada y pasando sus días en Montana, aunque siempre tuvo una voz muy propia referente a temas como el amor, la fama y la naturaleza humana. Conozca parte de lo que fue su esencia como mujer y actriz, en sus propias palabras.
Vida personal vs. su carrera: “Con cualquier grupo de personas en la vida, suceden cosas tristes, locas o muy felices. Pero, cuando estás en el ojo público, simplemente las emociones se amplifican, eso es todo”.
Lois Lane por siempre: “Lois Lane no es un personaje que deteste. De hecho, mi nieto me ve como ella cuando pasan las repeticiones en TV cada Navidad… y eso me da puntos extra”.
Amistad con el eterno Superman: “Chris (Christopher Reeve) era mi amigo, lo amaba. No lo vi durante 18 meses antes de su muerte, pero si conversamos varias veces después de su accidente. Fue notable su crecimiento personal. Era asombroso”.
Después de su episodio mental: “Ahora soy muy saludable, en cuerpo y mente. No podrían pagarme para acercarse a un psiquiatra de nuevo. Dejar de verlos fue el primer paso para mejorar”.
Inspiración: “Cuando tenía 12 años, mi madre me llevó a Nueva York y vimos Bye Bye Birdie. Observar a esas personas trabajando, moviéndose, actuando como si fuese lo más natural del mundo fue todo. Supe que quería hacer eso, siempre”.