Arnold Schwarzenegger siempre fue un hombre exitoso. Los triunfos le coquetearon desde que era muy joven y hoy ostenta muchos récords.
Su primer reto de vida fue convertirse en el mayor culturista del mundo. Para ello debía ganar el Mister Olympia, la máxima competición de culturismo profesional que se celebra anualmente y alberga a los mejores culturistas de todo el mundo.
En su primer intento, en 1969, perdió contra el tres veces campeón Sergio Oliva; no obstante, Schwarzenegger no desistió en su meta y 1970 volvió a competir y ganó. Con este triunfo Schwarzenegger se convirtió en el hombre más joven en ganar este torneo, un récord que aún ostenta.
Luego de sus triunfos en el mundo de los hombres musculosos, Schwarzenegger quiso ser actor y también lo logró, al ser seleccionado para el papel de Hércules en la película de Hércules en Nueva York (1969), acreditado como Arnold Strong.
Tras encarnar al hijo de Zeus, vino la segunda aparición de Schwarzenegger en el papel de un matón sordomudo en la película de Robert Altman The Long Goodbye en 1973, y tres años más tarde ganó el Globo de Oro a la nueva estrella del año, tras interpretar un papel más importante en la película Stay Hungry.
"Mi comienzo en el cine fue muy difícil para mí. Me dijeron los agentes y en los casting que mi cuerpo era muy extraño, que tenía un acento gracioso y que mi nombre era muy largo. Me dijeron que tenía que cambiarlo. Básicamente, en cualquier sitio que me presentaba, me decían que no tenía ninguna oportunidad”, recuerda el actor al hablar de sus inicios.
Sin embargo, el tiempo echó por tierra aquellas opiniones de los agentes y los directores de casting, y Schwarzenegger siguió adelante para demostrarle al mundo entero que simplemente es un grande de la actuación.
En ese camino hacia el estrellato, Schwarzenegger tuvo algunos tropiezos. Hizo una prueba para el papel de Hulk en la serie de televisión The Incredible Hulk, pero no consiguió el papel debido a su altura. Ese revés no lo hizo desistir, y su fortaleza tanto física como mental fue su mejor carta de presentación.
En 1982 llegó la película que catapultó su carrera. Fue Conan el Bárbaro, filme de espada y brujería dirigido por John Milius, que fue un éxito de taquilla. Desde allí arrancó una trayectoria marcada por el éxito.