Luego del lanzamiento del libro Memories of the Bright Side of the Moon en el 2015, escrito por Ginger Gilmour, ex esposa del que fue guitarrista de la banda Pink Floyd, David Gilmour, salieron detalles íntimos de la peculiar pareja.
“David era muy tímido y realmente lo de nosotros fue amor a primera vista. Lo conocí en un concierto en la Universidad de Michigan. No era fan de la banda, aunque tenía uno de sus álbumes. Pero, un amigo acababa de regresar de Londres, donde habló con un agente del grupo y me invitó a pasar detrás del escenario”, recordó la blonda en su obra.
El músico se acercó a ella y se presentó. Quedó encantada con su “mirada muy inglesa y su aspecto despreocupado”.
“Pensé algo así como: ‘Bien, eso es todo… me encanta’. Me preguntaba si era real lo que estaba pasando. Me invitó a unirme a él en una de sus giras, y regresar a Inglaterra a su lado. No lo dudé”, dijo Ginger.
La pareja comenzó a vivir junta. Él seguía en su mundo de luces y espectáculo. A solas le gustaba componer con su guitarra, y Ginger entendía la pasión y creatividad desbordante de su chico.
“También viví de cerca la época cuando sufrió las presiones por diferencias creativas con los otros miembros de Floyd. Se reservó muchas cosas. Sabía cómo le afectaría la separación del grupo, lo que sería para su vida personal y financiera. Yo luego sentí que tenía dos matrimonios, uno con David y otro con Pink Floyd”, comunicó la que luego se transformó en una famosa artista plástica.
De su historia con David, no reniega nada. Lo consideró un excelente padre y un esposo devoto, pero lamentó que la disolución de Floyd terminara haciendo eco en su “romance de cuento de hadas”.