El cantante español Enrique Iglesias volvió por tercera vez a Israel para cantar frente a más de 50.000 devotos fans sus canciones en inglés y español, en un espectáculo con baile, fuegos artificiales y palabras cariñosas para su público.
Todo un espectáculo que, como ya es usual en el artista, dejó sin aliento a los asistentes al dejar sobre el escenario todo su esplendor.
Iglesias, quien dice que el público de Israel lo trata increíble, indicó que las malas noticias que provienen del país no le han afectado a la hora de decidir tocar allí, a pesar de que muchos artistas cancelan sus conciertos en Israel por presión del movimiento palestino de Boicot Desinversión y Sanciones.
Este movimiento pide a las instituciones y artistas que corten relaciones con Israel hasta que se retire de los territorios ocupados. Sin embargo, el español admitió que cada que puede y se abre la posibilidad de interpretar sus sencillos en esta tierra lo hace y seguirá haciendo, con el único argumento de que la música no conoce fronteras.
"Yo sigo la política como cualquier otra persona, pero no significa que no pueda cantar en un país por su política. He tocado en muchísimos países, algunos de ellos en conflicto, y lo he hecho durante toda mi carrera", explicó Iglesias, quien lleva más de 20 años de carrera musical.
Entre los más de 50.000 asistentes al concierto hubo muchísimas chicas adolescentes pero también un considerable número de niños y adultos que viajaron de varias partes del país e incluso del mundo para disfrutar de la música del cantante.
Para esta oportunidad, la banda de Iglesias, compuesta por un elenco internacional de músicos de Salvador de Bahía, Los Ángeles y Tel Aviv, también estuvo acompañada en el concierto por el cantante cubano Descemer Bueno con el que cantaron el éxito "Súbeme la radio", junto al cantante israelí Rotem Cohen.