Game of Thrones es, ante todo, un juego lleno de pistas y guiños a develar por parte de los fanáticos. Una visión que Daenerys Targaryen tuvo temporadas atrás parece demostrarlo. En el último episodio emitido el domingo pasado, pudo verse la cara más oculta del personaje interpretado por Emilia Clarke, que descargó su ira sobre King's Landing con una masacre.
Allá a lo lejos, en la segunda temporada de la serie, Daenerys estaba en Qarth, en su periplo por salvar a los esclavos de Poniente, y terminaba en la Casa de los Eternos, donde residía el poder de los brujos de Qarth. Fue allí cuando tuvo una visión que hoy, a la luz del último capítulo emitido, cobra otro color.
En ella, Daenerys ingresaba en la Sala del Trono de Hierro, cubierta por completo por la nieve, quemada y destruida. Tras saber cuál fue el destino de los Caminantes Blancos, luego de que Arya matara a su líder, quedó claro que lo que caía del cielo en la visión de la Madre de los Dragones no era nieve, sino cenizas.
En la temporada 7, Daenerys ya había tenido la intención de derribar King's Landing, pero en una conversación con Tyrion le confiesa que no quiere convertirse en la Reina de las Cenizas. Ahora, sola, traicionada y desesperada... ¿habrá llegado el momento de rendirle honor a la locura de su padre? ¿O su actitud responderá a otra cosa?
¡Cada vez falta menos para el gran final!