Si hay algo en lo que Daenerys Targaryen de Game of Thrones (GOT) es buena, es para arder y pulverizar a sus enemigos, por más cruel que suene. Las lecciones de Khaleesi (o Madre de Dragones) sobre cómo lidiar con egos insufribles, podrían aplicarse en mundos más allá de Westeros.
Lea algunas de sus frases más impactantes, que le dejarán algo en qué pensar.
“Supongo, mi señor, que está aquí para arrodillarse”. Podría aplicarse -por ejemplo- con ciertos profesionales jóvenes, que en algún punto de sus carreras tienen una de dos alternativas: seguir la corriente o considerarse en franca rebelión.
“No era un verdadero dragón. El fuego no puede matar a un dragón". Fácilmente se adaptaría en quienes poseen un físico que no concuerda con su verdadera naturaleza, o cuando en una relación uno de los dos no revela su identidad real. Eso termina siendo un problema, si las cosas se tornan “complicadas” y no se sabe cómo lidiar con ello.
“Ninguno de ustedes es apto para dirigir el Dothraki. Pero yo sí, así que lo haré”. ¿Sabés cuándo alguien cuestiona sin necesidad tus logros, o peor aún, te hace sentir amenazado? Ese es el momento para hacerle saber al contrario que se equivoca, con acciones contundentes.
“Me despedí de un hombre que me ama. Un hombre que pensé que me importaba. Y no sentí nada, solo estoy impaciente por seguir adelante”. Después de una relación, buena o mala, lo más sabio por hacer es avanzar, aunque parezca un poco egoísta, pero de eso se trata. De avanzar hacia otras metas u objetivos.
“Una reina que no confía en nadie, es tan tonta como una que confía en todos”. Traducción: sea optimista, a pesar de encontrarse en grandes problemas. Sin embargo, no olvide dejar la puerta abierta a un verdadero socio en quien pueda confiar. Alguien digno.
“Un dragón no es un esclavo”. Viva como desee, sin que otro le obligue a seguir reglas que jamás pidió. Sea en su vida personal, sentimental o profesional.
“Dracarys”. Una de las mejores frases (o palabra, en este caso) antes pronunciada por Khalessi, aunque difícil de trasladar a nuestras vidas. Para Daenerys, representa su estatus indiscutible como Madre de Dragones, y lo que eso conlleva… para el resto de los mortales, avisa una peligrosa lluvia de fuego.