Podrías preguntarte qué sucede cuando dos leyendas del estilo unen sus fuerzas. Respuesta: algunos de los vestidos más hermosos, icónicos y envidiables de todos los tiempos.
Las colaboraciones de las celebridades con los diseñadores son cada vez más comunes… lo sabemos. Pero en un punto, la lealtad triunfó sobre el dinero en mano, y el compromiso de Audrey Hepburn con su amigo Hubert de Givenchy era único e inquebrantable.
Se conocieron cuando la actriz visitó su estudio parisino en 1954, en busca de ideas para su próximo papel, Sabrina. Hepburn halló un poco de "magia", y escribió en sus contratos futuros que su vestuario sólo podía ser diseñado por Givenchy.
“Su ropa es la única que saca mi verdadero yo”, le dijo la morocha a los periodistas en 1956. Fue una amistad de ganar-ganar: Givenchy utilizaba la audiencia de Hepburn, mientras que la hermosa artista quedó como un icono del estilo, marcador de tendencias.
Estos son los mejores momentos que nos dejó esta poderosa dupla fashion del ayer, una de las más destacadas antes vistas.
Premios Oscar (1954)
Audrey ganó la estatuilla como mejor actriz por su papel de la Princesa Ann en Roman Holiday (1953). Para recoger el galardón, recicló el vestuario de la película y le pidió a su amigo de Givenchy que lo cambiara un poco para la alfombra roja.
Sabrina (1954)
Para su primera colaboración cinematográfica, Givenchy sabía que sus bocetos debían impresionar. ¿El resultado? Un guardarropa con atuendos exquisitos, que tenía aquel precioso vestido blanco bordado en negro, que hizo delirar a miles de chicas.
Funny Face (1957)
La siguiente idea de Givenchy fue un vestido de novia súper moderno para el personaje de Jo Stockton. Lo curioso fue que el atuendo se convirtió en un básico para todas las bodas de finales de los cincuenta.
Love in the Afternoon (1957)
El siguiente personaje de Audrey, Ariane Chavasse, necesitaba un guardarropa que exhibiera su progreso de chelista ingenua, a una mujer fatal que seduce a un magnate de negocios de alto perfil en París… Y lo consiguió.
Breakfast at Tiffany's (1961)
Ese encantador vestido negro es un ícono de Hollywood por sí mismo. La imagen del personaje de Hepburn con grandes lentes, muchas perlas y guantes de seda negros hasta los codos era la definición de chic.
En el 2006, el vestido se vendió por más de 500 mil dólares en una subasta de Christie's en Londres, el precio más alto que se haya pagado por un vestuario de cine.