Hablar de Diana de Gales es hablar de una mujer sencilla, dulce, inspiradora de paz y mucho carisma. Su llegada a la realiza británica hizo historia y marcó un antes ydespués en la monarquía del Reino Unido, que quizás ella nunca imaginó.
Diana se casó con el príncipe Carlos, heredero de la corona británica, el 29 de julio de 1981, en la Catedral San Pablo en Londres, Inglaterra, y de esa unión nacieron dos hijos: Guillermo (William) y Enrique (Harry).
Desde su llegada al Palacio de Kensington, Diana de Gales, cuyo nombre al nacer fue Diana Frances Spencer, mostró naturalidad (de hecho el maquillaje en su rostro siempre fue muy sutil) y desde un primer momento dejó clara la importancia que tenían los valores en su vida diaria.
Basada en esos principios, siempre inculcó en sus hijos una buena educación que les permitiera fortalecer los sentimientos, la solidaridad y la igualdad. Buscaba que fueran personas sensibles, espirituales y humanitarias, identificadas con las causas sociales.
En busca de esta formación, la princesa de Gales motivó a sus descendientes a realizar actividades como cualquier otro niño que no perteneciera a la monarquía. Simplemente quería que vivieran una infancia y adolescencia normal, que conocieran la riqueza, pero también la pobreza y se codearan con personas de todos los estatus.
Restaurantes de comida rápida, así como parques temáticos fueron visitados por Guillermo y Enrique de la mano de su madre, quien también los llevó centros de salud y albergues donde refugiaban a necesitados.
Era tanto su afán por hacer obras de caridad e infundir esa humanidad a sus hijos que en 1987 apareció fotografiada con una persona infectada Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH).
Esa acción de Diana ayudó a que el mundo entero a cambiara su concepto sobre estos enfermos, lo que significó de gran ayuda para esta población, que lejos de ser rechazada necesita apoyo.
Diana de Gales siempre estará en el corazón de quienes la conocieron. Su acercamiento con el colectivo común y el giro que le dio a la imagen de la realeza, nunca será olvidado.
La "Princesa del Pueblo", como la llamaban, fue sin duda un personaje de popularidad mundial que sigue vigente aún después de su muerte.