Hace algunos años, cuando salió el libro The Queen Up Close de Pilar Urbano, el mundo conoció quizás el aspecto más conservador de la Reina Sofía, esposa del entonces soberano Juan Carlos I, acerca de un tema susceptible: la homosexualidad.
Sus comentarios sobre esta tendencia, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la eutanasia y la educación religiosa, indignaron a los liberales españoles y empañaron la imagen de discreción que ella había cuidado por décadas.
En el comentario más notorio del libro, se cita a la reina diciendo que respeta las diferentes orientaciones sexuales de las personas, pero que no entiende "por qué deberían sentirse orgullosos de ser homosexuales" … Oops.
"¿Que van en carrozas y desfilan por las calles? Si todos los heterosexuales desfiláramos, detendríamos el tráfico en cada ciudad", señaló el escrito, agregando que las personas homosexuales tenían derecho a unirse entre sí, sin tener que llamarlo matrimonio.
La desafortunada controversia puso en el ojo del huracán a la Casa Real Española, otra vez. Los esfuerzos del palacio para hacer que los medios no se abalanzaran contra la regente, fueron en parte inútiles.
“No creo que muchos se sorprendan al saber que esos eran los puntos de vista de la reina. Lo que sorprendió es que ella dijera tales cosas para su publicación”, señaló en su momento Juan Díez-Nicolás, profesor de sociología y miembro de la ASEP, encuestadora dedicada a seguir las actitudes del público hacia la monarquía.
Nacida como princesa Sophia de Grecia y Dinamarca en noviembre de 1938, la reina se convirtió de griega ortodoxa a católica, y cambió la ortografía de su nombre a la versión española, cuando se casó con Juan Carlos I, el futuro rey, en 1962.
Elegante, circunspecta y fluida en varios idiomas, se hizo popular debido a su papel en ayudar a conducir a España hacia la democracia, después de la muerte del dictador Francisco Franco en 1975.
La reina emerge del libro como la observadora católica que es, en lugar de la dulce y recatada figura que el público español quiere que sea. Sus comentarios sobre el orgullo gay y el matrimonio provocaron la indignación de muchos españoles homosexuales, que ganaron el derecho a casarse en el 2005.
En una declaración a la prensa, un portavoz de la familia real dijo que la reina "lamentaba profundamente que la inexactitud de los comentarios que se le atribuyen haya causado incomodidad o delito" y sugirió que Urbano había publicado comentarios destinados a ser privados.
La autora negó esto y respondió que las galeras del libro habían sido revisadas por la oficina de la reina, que las había aprobado para su publicación. Ella destacó que había entrevistado a la Reina Sofía varias veces, pero que no había usado grabadora.
En el libro, la reina tomó varias zambullidas en otras áreas políticamente delicadas, diciendo que no apoya la eutanasia (un tema acalorado en España), y que cree que las escuelas deberían incluir un creador divino para enseñar los orígenes de la humanidad.