El músico Axl Rose y la banda Guns N 'Roses se ganaron en el 2012 un lugar en el Salón de la Fama del Rock and Roll, pero debido a los eternos problemas entre el vocalista y su agrupación, surgió lo impensable: la declinación del rubio por el homenaje.
En palabras de Rose, señaló que “después de intentar ser cortés y abierto a una solución amistosa, la ceremonia de inducción no es un lugar en el que realmente lo quieran o respeten”, reafirmando la mala comunicación entre él y sus ex compañeros.
“Por supuesto me di cuenta de que como estaban las cosas si Guns N 'Roses fuera inducido (al salón) sería una situación complicada e incómoda. Existe una cantidad interminable de mentiras y fantasías de ex compañeros, buscando la autopromoción y oportunidades de negocios, enmascarando así lo que ocurrió realmente en el grupo”, dijo Axl en una carta abierta.
Recalcó que hasta que los problemas entre ellos se resolvieran de buena manera, “no consideraría una reunión no genuina”. Esto lógicamente desconcertó a sus fans, quienes no podían imaginar el ingreso de Guns N 'Roses al Salón de la Fama, ante la ausencia de su eterno líder.
“Solicito encarecidamente que no me admitan, que nadie esté autorizado, acepte mi inducción ni se hable en mi nombre. Ni los ex miembros, representantes de las etiquetas, ni el Salón de la Fama del Rock and Roll deben implicar, directa, indirectamente o por omisión que esté incluido en el evento que es sólo para Guns N' Roses”, manifestó.
Los demás miembros de la legendaria banda, como Slash y Duff McKagen, atendieron el llamado para ser recibir los honores ante sus fans, quienes se atrevieron a abuchear en varias oportunidades el nombre Axl, cuando fue recordado por los presentes.
Días después, Rose escribió otra carta abierta disculpándose al público por no aparecer, manteniendo su férrea decisión de no querer involucrarse en nada que tuviese que ver con sus ex compañeros.