El miedo que inspiró la película El Exorcista cuando llegó a las salas de cine, tras culminar su producción en el año 1973, no tiene precedente. Por algo es considerada un clásico del cine de terror.
Pero no solo el pánico se apoderó de la audiencia, también los actores, directores y demás integrantes del elenco de esta película sintieron pavor durante su rodaje, a propósito de las cosas extrañas que fueron ocurriendo.
Uno de los incidentes se presentó en uno de los set de producción que ya estaba a tono para comenzar la grabación e inesperadamente fue consumido por llamas en medio de un incendio.
La eventualidad generó que el rodaje se atrasara seis semanas y puso a correr a los productores. También ocurrieron un sin número de accidentes laborales y los rollos que contenían parte de las grabaciones del filme se velaron sin motivo aparente.
Otro hecho espeluznante lo representó el fallecimiento de varias personas ligadas al elenco. Una de ellas fue el abuelo de Linda Blair, la actriz que interpretó el papel de la pequeña Regan Teresa "Rags" MacNeil, de 12 años de edad, víctima de una posesión diabólica.
Este incidente causó profunda tristeza a Blair, quien para ese entonces contaba con 14 años de edad. Por unos días la adolescente se separó de las grabaciones, pero luego volvió y fue la consentida del equipo.
Su actuación fue todo un éxito y le valió un Globo de Oro como mejor actriz de reparto en 1974, además de que fue nominada a un Oscar.
Pero los eventos extraños no quedaron allí. La participación de dos actores quedó a medias, ya que murieron antes de grabar la totalidad de las escenas.
Uno de los primeros en fallecer fue el irlandés Jack MacGowran, quien estuvo en parte del rodaje; no obstante, dejó de existir antes de grabar la escena donde era asesinado en la película por Regan McNeil.
La actriz griega Vasiliki Maliaros tuvo la misma mala suerte que MacGowran y falleció antes de completar sus escenas. Solo llegó a grabar un episodio donde el padre Damien Karras la observaba vestida de negro en un sueño.
Fueron tantas las eventualidades misteriosas que marcaron las grabaciones de El Exorcista que el director William Friedkin convocó a un sacerdote para que bendijera al equipo de producción.