Uno de los momentos más extraños de la historia se dio en el año 1983, cuando el gran ilusionista y mago David Copperfield hizo desaparecer la Estatua de la Libertad ante los ojos del mundo.
Una de las construcciones más famosas del planeta se fugó durante un corto tiempo y se han generado gran cantidad de teorías acerca de cómo lo hizo.
Muchas personas quedaron boquiabiertas al darse cuenta que de un momento a otro el monumento emblemático de la libertad y regalo de Francia a Estados Unidos, ya no estaba en su pequeña isla situada en New York.
El truco fue transmitido a todo el mundo por televisión, por lo que un gran público observó con gran detalle algo que nadie creyó jamás posible.
La Estatua estaba rodeada de paneles de luz, que la iluminaban de manera incandescente, acompañado de un helicóptero que la sobrevolaba en la parte superior. A la vez, un juego de cortinas giratorias cubrió la Estatua y cuando cayó, la misma ya no se encontraba en su sitio.
Muchos de los que han analizado la gran hazaña dicen que no fue más que un juego de luces que cegó al público y en conjunto con las cortinas se dio el efecto de que desaparecía, pero en realidad jamás se movió de su lugar.
Si bien muchos encuentran este acto como una estafa, la verdad es que el trabajo de un ilusionista es crear un efecto que engañe a la vista de las personas, de manera que crean que lo que sus ojos ven.
En tanto, David Copperfield no sólo ha hecho desaparecer a la Estatua, sino también a personas y objetos en sus shows en todos los lugares del mundo.