Alegre, audaz y auténtica, así es la protagonista de Juegos del Hambre. Desde esa actuación siempre está sobre alfombras rojas, bailando en el piano de Billy Joel, escribiendo sobre la brecha salarial de Hollywood o dando una charla política en una secundaría.
Así es Jennifer Lawrence. Pero aún así seguro hay cosas que no sabemos de ella, por ejemplo que Lawrence comenzó en el modelaje antes de ser actriz. Uno de sus primeros desfiles fue para la agencia Abercrombie & Fitch, aunque nunca lo incluyó en el catálogo.
Cuando su representante le preguntó por qué no había pasado el casting, ya la empresa había enviado un correo con las explicaciones, lo que demostró que Lawrence se había comprometido demasiado jugando al fútbol en el rodaje.
"En un momento otra modelo gritó ¡Alejala de mí!; lo que pensé que era increíble", bromeó Lawrence en una oportunidad.
Otro detalle es que ella creció en una granja de caballos en Louisville, Kentucky, donde aprendió a montar caballos salvajes. "Eramos una familia de pocos recursos por lo que mis padres nunca compraron caballos entrenados", le contó a David Letterman en 2011.
Aunque es extremadamente hábil para montar en sementales no entrenados, esto tuvo su lado negativo: "Tengo realmente el coxis deformado, ya que fui arrojada de un caballo".
En una oportunidad, la madre de Lawrence leyó el libreto de Winter's Bone y le dijo que sería perfecta para el papel de su heroína sensata, Ree Dolly.
Debra Granik, la escritora y directora de la película, inicialmente le dijo a Lawrence que ella era demasiado bonita para interpretar el papel. Pero la actriz no decayó en sus intenciones y saltó sobre el epicentro nevado de Nueva York, caminó 13 cuadras en la nieve y se presentó a la audición con una nariz que moqueaba y el pelo que no había lavado en una semana. Sus esfuerzos, por supuesto, dieron sus frutos.