Han transcurrido ocho años desde que se filmó la última película de la saga Harry Potter, pero al observar a Daniel Radcliffe uno no puede evitar relacionarlo con aquel niño mago, que generó toda una revolución cultural más allá del entendimiento.
Ahora, ese talentoso actor sigue enfocado en diversos proyectos cinematográficos, alejados de la sombra del mítico personaje de J.K. Rowling. Para la publicación española ICON, el británico confesó ciertos aspectos de su vida pública y de cómo se maneja en el mundo que le apasiona: la actuación.
“Harry me dio todo. Pero, el único momento en que me afecta las comparaciones, es si me meto en el papel de alguien que use lentes. Reviso muchos modelos de gafas, y trato de no ponerme nada redondo como las de Harry”, explicó el joven artista.
Aparte de la enorme fama que le otorgó la franquicia, también se habló de una importante suma monetaria que rondaría los 85 millones de euros. Lo bueno es que, el mantener un estatus de estrella mundial, no afectó su humildad y simpatía.
“Es bueno poder escoger guiones que a uno le gusten. La mayoría de mis amigos no tiene esa opción, y a veces aceptan trabajos de m*rda, si les pagan bien. Es agradable no estar en sus zapatos”, reconoció el actor.
El más reciente proyecto de Daniel se llama La Jungla, y para el joven fue fácil decir sí a la producción, por considerarlo un drama apasionante que hablaba sobre la fuerza del espíritu humano en condiciones adversas.
“Tuve que perder mucho peso para las grabaciones. Cuesta reajustarse mentalmente, pero es satisfactorio usar la energía, agotarse para entrar en el rol. Me van bien los retos. Cuando una película va bien, te sientes parte y es emocionante. Siempre mantengo la fe en lo que hago y en cómo dirijo mi profesión”, expresó el británico.
Como arrancó en la actuación desde chico, considera a otras ex estrellas infantiles como grandes fuentes de inspiración, caso de Christian Bale, Tobey Maguire, Elijah Wood y Jodie Foster.
“Les tengo un gran respeto, porque muchos de los que empiezan jóvenes reciben un montón de m*rda, como le pasó a Miley Cyrus. Nadie sabe lo que significa estar acá. Antes me afectaba la opinión de los haters, ya no. Sé que lo único que puedo controlar es lo que hago en el plató “, concluyó.